15 junio: Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez


“El maltrato no está solo en los actos condenables de agresión física sino también en actos discriminatorios que a veces pasan desapercibidos, que son frecuentes, y generan un desempoderamiento en las personas adultas mayores”

El matrato hacia las personas adultas mayores es un problema social que debe ser abordado y atendido responsablemente. Según la ONU (Organización de las Naciones Unidas) “sólo 1 de cada 24 casos de maltrato hacia las personas adultas mayores es denunciado“. Este dato marca la urgencia de acción por parte del estado en torno a las políticas públicas de prevención y contención.

En el año 2015, tras años de trabajo y de lucha por la creación de una herramienta regional, Argentina adhirió a la Convención Interamericana de Protección de Derechos Humanos de las Personas Mayores y, en 2017 promulgó la ley 27.360. Este documento supranacional y de caracter vinculante define el maltrato como la “acción u omisión, única o repetida, contra una persona mayor que produce daño a su integridad física, psíquica y moral y que vulnera el goce o ejercicio de sus derechos humanos y libertades fundamentales” y a la negligencia como el “error involuntario o falta no deliberada, incluido entre otros, el descuido, omisión, desamparo e indefensión que le causa un daño o sufrimiento a una persona mayor, tanto en el ámbito público como privado, cuando no se hayan tomado las precauciones normales necesarias de conformidad con las circunstancias”. De esta manera, la Convención brinda un marco conceptual que Argentina debe tener en cuenta para abordar, generar y planificar mecanismos que actúen para dar respuesta a esta problemática.

Es cierto, estamos frente a un logro de la humanidad: la longevidad. Cada vez las personas vivimos más y se estima que el envejecimiento continuará en aumento en todo el mundo. En Argentina, en apenas tres décadas, casi un cuarto de su población estará integrada por personas adultas mayores. Este contexto que se nos viene supone un desafío social que requiere de un cambio cultural que permita el desarrollo, la participación y la inclusión de este grupo etario que, sin duda, ha sido históricamente invisibilizado, estigmatizado y discriminado.

Vivimos en una sociedad viejista y, primero, hay que hacerse cargo de esta postura segregacionista que construimos hacia la vejez. Existen una conjunto de creencias que denotan negativamente a las personas de 60 años y más, que les liman la autoestima, las excluye, y les impiden disfrutan de esta etapa de la vida. Porque, sepamos, el maltrato no está solo en los actos condenables de agresión ya sea económica, física o psicología, sino también en pequeños actos que a veces pasan desapercibidos, que son frecuentes y generan un desempoderamiento en las personas mayores capaces de aislarlos hasta la muerte. Analizar el imaginario social de la vejez, comprender la importancia de la promoción del buen trato resulta fundamental para construir sociedad inclusiva.

En esto estamos trabajando responsablemente quienes integramos Algec y Ceppema. Nuestro compromiso se consolida día tras día. Visibilicemos y problematicemos el 15 junio, día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Luchemos por una sociedad para todas las edades, libre de violencia.
Mónica Roqué (Algec) y Federico De Marziani (Ceppema)

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