9 de marzo, Algec se suma al Paro Internacional Feminista
En el Día Internacional de la Mujer miles de voces y cuerpos de mujeres y diversidades, de diferentes culturas y edades, se unen desde distintas latitudes del mundo para decir “basta de violencia, basta de discriminación”. El reclamo se asienta en la lucha por la igualdad de género y por la eliminación de las históricas relaciones asimétricas de poder entre varones y mujeres, entre varones y diversidades.
Es que esas miles de voces y cuerpos proclaman a los Estados la emergencia de políticas públicas, legislaciones y normativas -en todos los campos: educación, salud, seguridad, desarrollo, economía, entre tantos otros- diseñadas, planificadas y ejecutadas con perspectiva de género. Porque el cambio debe ser inminente, porque la deuda debe ser pagada ahora, sin más espera. En este sentido, en Argentina, celebramos la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y de la incorporación de la temática a través de nuevos cargos y funciones en diferentes organismos nacionales y provinciales.
La lucha y los movimientos de mujeres y diversidades han dado a conocer que la cuestión de género debe ser abordada interculturalmente e interseccionalmente. Porque la discriminación y la violencia suelen agravarse por otros factores, además de por el hecho de ser mujer: por orientación sexual, por ser trans, lesbiana, bisexual, intersex, por la condición de clase, por tener alguna discapacidad, por ser indígena o integrante de un pueblo originario, por vivir en el ámbito rural, por ser afrodescendiente, por ser migrante, por la edad, por ser niña, por ser vieja… Muchas variables convergen en actos discriminatorios que, definitivamente, anulan la existencia y el desarrollo de muchas personas.
Por todo lo expuesto, en Algec nos sumamos al Paro Internacional Feminista y al pedido de reivindicación de todas las mujeres y diversidades. Entendemos que el proceso de envejecimiento comienza el día que nacemos y que los derechos deben ser reconocidos y garantizados durante todo el curso de vida. Por eso gritamos junto a miles de voces y de cuerpos:
Basta de violencia sexual.
Basta de femicidios.
Basta de desapariciones y trata de personas.
Basta de embarazos precoces.
Basta de acoso laboral y sexual.
Basta de muertes por abortos ilegales en condiciones infrahumanas.
Basta de violencia económica y política.
Basta de discriminaciones por edad.
Basta de estereotipos porque anulan las libertades.
Por el derecho a envejecer con dignidad. Por el derecho a ser personas dignas en cada una de las etapas de la vida.